Sin conocerte,
sin habernos visto siquiera, de todas maneras te saludo con respeto y admiración
porque aún estás con vida. Y para llegar a estas edades se tiene que ser muy
astuto, cuidadoso, precavido y estar usando la inteligencia.
Deseo que
sigas disfrutando lo disfrutable y lo permisible a tu cuerpo, a tus talentos, a
tus emociones, espíritu y alma.
¿Cómo ha sido y
sigue siendo el camino de tu vida hasta ahora, entre 6 y 8 décadas “andadas a
solas o en compañía”?
Imagino que ahora
te estás riendo de que aquellas cosas que veías como problemas y preocupaciones,
en aquellos ayeres de tu juventud.
Imagino que hasta
ahora sigues gozando de buena salud.
Imagino que si no
lograste lo soñado, al menos alcanzaste otras metas; al fin y al cabo se logró
lo no soñado.
Imagino, también,
que tienes muchas ideas y vivencia qué compartir con los demás. Así es que te
pido, te suplico y te ruego que no conserves ese aprendizaje en tu memoria; te
sugiero que escribas algo para los demás; que diseñes algún modelo o método
para el bien vivir y el mejor crear nuevas cosas.
Si estás en
condiciones óptimas, te sugiero que sigas estudiando; por ejemplo, algún
instrumento musical, o el manejo de las computadoras. Con ellas puedes hacer
brillar tu experiencia adquirida durante estos años; experiencias
profesionales, ocupacionales o personales.
Nosotros, las
personas adultas mayores conocemos los caminos de la vida, sus vicisitudes, sus
obstáculos, sus espina y sus abrojos. También, tenemos la magia para “desatar
nudos” de la vida de otros. Creo que algo que hemos llegado a merecer es: el
sentido de la sabiduría, que es la suma de lo aprendido para vivir con sentido
común, y dar respuestas a las preguntas de vida de otros más jóvenes.
Formaste hijos,
hijas, viviste en armonía o desarmonía por las razones que hayan sido; sin
embargo, imagino que llevas en tu interior tus razones, convicciones y
explicaciones del por qué y para qué de tu vida, a tu manera.
Cuando te veo,
observo tu mirada, tu color de piel y el color de tu alma. Los he visto de
muchos colores, los he visto con muchas sonrisas y amarguras. Todo esto es la
suma de tu vida. Estamos llegando a las orillas de la vida ¿con dulzura o
amargura?, ¿con plenitud o vacío?. ¿Qué dices o que te dicen?
Sigue con el
entusiasmo de tu juventud, con la alegría de vivir, con la pasión por aprender.
No se apaga nada,
solamente que tu decidas apagar la luz de tu razón, el gozo de tu emoción y el
bienestar de tu salud.
¿Quién dice que
por el hecho de vivir muchos años eres viejo?. Lo que sucede es que somos seres
jóvenes con mucho años vividos y muchos puentes cruzados. Nuestras vidas ya no
son “crucigramas por resolver”, ahora hemos dejado un camino limpio, claro y
seguro para quienes vienen detrás de nosotros.
Y no somos culpas,
somos perdones; ya no somos desesperación, somos paciencia; ya no somos fuego,
somos luz; ya no somos amaneceres, somos dulces y benditos atardeceres con un
sorprendente y maravilloso anochecer, esperando serenamente por nosotros.
Si quieres hacer
algo con tu experiencia, (escribirla, grabarla y compartirla) búscame, yo,
gustoso, te oriento; te digo cómo. Ya buscaremos quien o quienes patrocinen sus
obras.
Hasta pronto.