11/3/19

Hola, coetáneos:


Sin conocerte, sin habernos visto siquiera, de todas maneras te saludo con respeto y admiración porque aún estás con vida. Y para llegar a estas edades se tiene que ser muy astuto, cuidadoso, precavido y estar usando la inteligencia.
Deseo que sigas disfrutando lo disfrutable y lo permisible a tu cuerpo, a tus talentos, a tus emociones, espíritu y alma.

¿Cómo ha sido y sigue siendo el camino de tu vida hasta ahora, entre 6 y 8 décadas “andadas a solas o en compañía”?
Imagino que ahora te estás riendo de que aquellas cosas que veías como problemas y preocupaciones, en aquellos ayeres de tu juventud.
Imagino que hasta ahora sigues gozando de buena salud.
Imagino que si no lograste lo soñado, al menos alcanzaste otras metas; al fin y al cabo se logró lo no soñado.

Imagino, también, que tienes muchas ideas y vivencia qué compartir con los demás. Así es que te pido, te suplico y te ruego que no conserves ese aprendizaje en tu memoria; te sugiero que escribas algo para los demás; que diseñes algún modelo o método para el bien vivir y el mejor crear nuevas cosas.
Si estás en condiciones óptimas, te sugiero que sigas estudiando; por ejemplo, algún instrumento musical, o el manejo de las computadoras. Con ellas puedes hacer brillar tu experiencia adquirida durante estos años; experiencias profesionales, ocupacionales o personales.

Nosotros, las personas adultas mayores conocemos los caminos de la vida, sus vicisitudes, sus obstáculos, sus espina y sus abrojos. También, tenemos la magia para “desatar nudos” de la vida de otros. Creo que algo que hemos llegado a merecer es: el sentido de la sabiduría, que es la suma de lo aprendido para vivir con sentido común, y dar respuestas a las preguntas de vida de otros más jóvenes.

Formaste hijos, hijas, viviste en armonía o desarmonía por las razones que hayan sido; sin embargo, imagino que llevas en tu interior tus razones, convicciones y explicaciones del por qué y para qué de tu vida, a tu manera.

Cuando te veo, observo tu mirada, tu color de piel y el color de tu alma. Los he visto de muchos colores, los he visto con muchas sonrisas y amarguras. Todo esto es la suma de tu vida. Estamos llegando a las orillas de la vida ¿con dulzura o amargura?, ¿con plenitud o vacío?. ¿Qué dices o que te dicen?

Sigue con el entusiasmo de tu juventud, con la alegría de vivir, con la pasión por aprender.
No se apaga nada, solamente que tu decidas apagar la luz de tu razón, el gozo de tu emoción y el bienestar de tu salud.
¿Quién dice que por el hecho de vivir muchos años eres viejo?. Lo que sucede es que somos seres jóvenes con mucho años vividos y muchos puentes cruzados. Nuestras vidas ya no son “crucigramas por resolver”, ahora hemos dejado un camino limpio, claro y seguro para quienes vienen detrás de nosotros.
Y no somos culpas, somos perdones; ya no somos desesperación, somos paciencia; ya no somos fuego, somos luz; ya no somos amaneceres, somos dulces y benditos atardeceres con un sorprendente y maravilloso anochecer, esperando serenamente por nosotros.

Si quieres hacer algo con tu experiencia, (escribirla, grabarla y compartirla) búscame, yo, gustoso, te oriento; te digo cómo. Ya buscaremos quien o quienes patrocinen sus obras.

Hasta pronto.
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Escuela del Razonamiento 19 sept 2023