Hola,
Lectura.
Cada
día te uso, cada día te veo y cada día te aprendo. Te envío estas letras que
representan mi gratitud a quienes me enseñaron a emplearte.
Te
comento que en estos días me he dedicado a profundizar en mi estudio, en mi
lectura y aprendizaje para poder trabajar en nuevos proyectos; esos proyectos
han esperado doce años; ya es su tiempo.
Es por eso que te sigo usando por horas y horas.
Vuelvo
a constatar, afirmar que eres el gran alimento de nuestros pensamientos.
Al
crearme el hábito de leer, releer y analizar los conceptos captados, lo he
llevado a la práctica. Mi conclusión: que eres la puerta de nuevas libertades
de conciencias,
Por
otra parte, te recomiendo ampliamente.
Ojalá y todos los jóvenes, y los no tan jóvenes “aprendan a través de ti” lo
grandiosa que puede ser su vida.
Lectura,
eres el lazo entre las letras, los conceptos y frases de los escritores y los
ojos de los lectores. En esa pequeña distancia y entre esos tiempos de posar la
vista y leer los conceptos en tus libros, llegan a nuestros cerebros palabras,
ideas, frases que renuevan nuestro ser; además, por tu medio encontramos nuevos
mundos que enriquecen el nuestro.
Lectura
eres “alguien y algo” que debe formar parte de nuestra existencia para
fortalecer nuestra esencia. Las letras que miles y miles de escritores
comparten son pequeñísimos granos de arena en el mundo de las posibilidad de
nuestra mente. Todos y todas ellas forman la verdad universal; juntos encierran
la sabiduría engendrada por los seres que tienen la virtud de compartir sus
ideas, bien sea en autobiografías, novelas, poemas o prosa.
Lectura
eres alguien incomprendida, evadida, depreciada y olvidada. Sin embargo, estás
pronta para seguir siendo el medio para crear nuevo conocimiento en quien tenga
la dicha de acompañarte.
Hasta
pronto.