No te reprimas para expresar un desacuerdo ante alguien, especialmente, ante tu “amado(a)”.
Si te reprimes, estás dando un sobreprecio a la otra persona y un precio menor hacia tí.
Si te reprimes, quiere decir que no tienes voluntad para defender tu opinión.
Si te reprimes, quiere decir que te interesa más la armonía y tranquilidad en la otra persona que la tuya.
Por favor, no supongas que la otra persona se va a molestar o enojar porque no haces, ni dices lo que él o ella quiere.
Si la respuesta de la otra persona es de enojo o molestia quiere decir que no le importa, en lo más mínimo, tu opinión. (((Y tú ¿dando tu vida por él o ella? (¡qué ironía!))))
Si te reprimes, quiere decir que no existe confianza, ni respeto, ni ganas de crecer juntos.
Si te reprimes, quiere decir que tienes miedo a su ira.
Miedo a demostrar ignorancia, debilidad o menosprecio.
Te recuerdo, también, que los miedos de las personas tienen un rostro: se llama Ira.
Ya platicaremos de la Ira en el siguiente tema.
Hasta pronto.