¿Paraíso o valle
de lágrimas?
(Nota: Este tema
es un relato que nada tiene qué ver con
la vida de nadie. Esto es solo mi imaginación.)
La luz de Elena a
veces brilla, a veces se apaga, a veces no se nota; sin embargo, hasta en su
oscuridad brilla su alegría o su dolor; no lo puedo confirmar, pero sí afirmar.
La luz de Elena
es la que ilumina su propio paraíso; tuvo sueños, tuvo ensueños, tiene hijos y
tiene más descendencia. Ella ilumina con su formalidad, su seriedad y su
servicio el paraíso de los demás aunque ella sienta que, a veces, vive en un
valle de lágrimas.
La mirada de
Elena es de luz para la oscuridad de otros; es de brillo para la opacidad de
algunos más; y es de esperanza para otros pocos.
En fin Elena y su
luz viven en un paraíso y conviven en un valle de lágrimas.
Pregunto, ¿las lágrimas
de ese valle son de tristeza o de alegría?, ¿son de bienvenida o de despedida?
¿son de impotencia o de poder?, ¿son de reclamo
o de gratitud?
Pregunto ¿la luz
de Elena puede mejorar el valle de lágrimas de los demás?
¿Su luz puede iluminar
todavía más su paraíso y al de los demás?
Finalmente, escribo
que la luz de Elena es para paraísos con lágrimas de alegrías y para valles con lágrimas de nostalgias.
Hasta pronto.