26/2/19

Hola, Dulzura.

Entre las conversaciones en mis sesiones de Mentoría hubo un hombre que me habló de “su dulzura congelada hace más de 30 años”.
Me decía que nunca se dio cuenta de que había dulzura en su ser; en su trato, en su voz, en su mirada, en su esperanza, ni en su diario vivir. El estaba dedicado a su tarea, a cumplir sus compromisos consigo mismo. 

La vida, que es la suma de eventos, relaciones, sucesos cercanos y todo lo que pasaba a su alrededor lo hizo desviar su dulzura, esconderla, guardarla y conservarla. Dice que la guardó tanto que su dulzura quedó congelada en su interior. Ahora no la puede derretir; se da cuenta de que aquella vida pasó, se llevó con ella su dulzura y a la mujer que nunca pudo conquistar, ni llegó a conocer a los hijos que nunca se atrevió a tener.
La única manera que esa dulzura se ha derretido es convertida en lágrimas saladas.


Me sugirió que escribiera algo al respecto, especialmente para los hombres que parece que ni en su ser, ni comportamiento hay dulzura por ningún ángulo. Quizá ni siquiera conozcan la dulzura de la miel de abeja.
Su mensaje es que, por favor, la nueva generación de hombres brinde: Dulzura en su trato, en su voz, en su mirada y en su diario vivir . Viva y entregue esa dulzura llevando de la mano a sus seres amados, mirarlos con dulzura, enseñarles sin premura, bendecirlos, amarlos y no abandonarlos nunca jamás.

Lo que puedo compartir sobre la Dulzura es que es un comportamiento ante segundas personas en donde se expresa tacto al acercarse, voz baja y suave al contactarse, mirada brillante, sonrisa en su rostro y alegría en su alma. Otro ingredientes de la Dulzura es la paciencia que se convierte en el verdadero regalo para toda persona. Esa paciencia, se debe desdoblar en Compasión y Generosidad de todo tipo ante los seres que tratemos. 

Dulzura eres una cualidad que abre las puertas de la estima genuina en las demás personas; eres alguien que lleva confianza en su trato; que comparte alegrías sin esperar nada a cambio. Dulzura haces tanta falta como las abejas que, cada día, están desapareciendo. Hablamos de la miel, mas no de la dulzura; hablamos de los dulces y de inmediato surgen los inconvenientes de ese dulce o dulces.
La miel es libada por la abeja; la obtiene de las flores: todo es perfecta armonía.
La Dulzura es entregada a las personas, sobre todo para los niños, jóvenes y personas mayores; por supuesto, los adultos requieren de una pequeña dosis de dulzura para ellos. 


Ellos son quienes se convierten en los dadores de miel espiritual y tratos de dulzura emocional.

Hasta pronto.

Escuela del Razonamiento 19 sept 2023