12/2/19

Hola, Destiempo:

No escaparías a mi saludo a tiempo, ni me permito olvidarte.
Por supuesto, que te conozco más de lo que te imaginas.

Escribo algo sobre ti.
Tienes dos rostros: a) El señalado por el destino como salvación, y b) el señalado por los compromisos como incapacidad, o negación para llegar a tiempo.
Gracias a ti, como salavación, te hace ver como “héroe”. Muchas personas por llegar a destiempo a viajes, las aerolineas no esperaron; el avión partió y no llegó a su destino. Ante eses suceso solemos decir “qué suerte que se le hizo tarde”.

El señalado por los compromisos adquiridos con otras personas y no llegar a tiempo, eso habla de tu otro rostro: el de la incapacidad para que los “seres racionales”, con títulos profesionales, o sin títulos, damas o caballeros, niños, jóvenes, adultos y personas de la tercera edad te avalen como súbditos tuyos.

El no llegar a tiempo significa para mi:
a) Desinterés por manejar la medida de su vida.
b) Evidencia de incapacidad de orden y uso del tiempo.
c) Ser alguien totalmente individualista.
d) Irresponsabilidad individual.
e) Negar el interés de la reunión o tema a tratar.
f) Tomar el tiempo de los demás, “sin darse cuenta”.
g) Esperar a que los demás toleren su irresponsabilidad.
h) Reirse del tiempo de otros.
i) Exigir comprensión ante su incapacidad.
j) Ser un ejemplo a NO seguir.

Querido Detiempo: Se que eres la expresión de lo inoportuno, extemporáneo y moratorio.

Ojalá y nada más sigas manifestándote cuando el destino te considere oportunamente vital.

Hasta pronto.

Escuela del Razonamiento 19 sept 2023