18/1/19

Hola, Antonio, Arturo y Alfredo:


Les escribo estas líneas, que aún desconozco cómo empezar. Han pasado 24 horas y aquí escribo:


Los he visto en mi actividad onírica, he conversado con los tres;  llenos de juventud y disfrutando su eternidad.

Sé que en la Tierra cada uno fue como quiso ser, hizo lo que decidió hacer, y alcanzó lo que se propuso lograr.



Hoy recordé especialmente a Alfredo, aún en silencio y encendiendo un cigarrillo, me dijo: “mi vida fue a mi manera: silenciosamente a solas y a solas silencio; silenciosamente desesperado y desesperadamente silencioso.

Solamente me dijo: “No pude expresar el por qué de mis silencios y mis silencios me impidieron gritar. Mi grito se quedó en silencio”



Con Arturo conversé hace cinco noches. Lo vi muy Joven, con un bigote bien recortado. Sonriendo me dijo: estoy lleno de Paz, Profe, porque veo a mi esposa en paz. Mis cuatro hijas, son grandes guerreras de vida. No alcanzo a ver sus dolores; sin embargo, sé que saldrán adelante solas o acompañadas. Todas lograrán sus sueños.



Antonio, alegremente conversador, solo dijo que todo es maravillosamente luminoso; maravillosamente en paz.

Se despidió sonriendo.



Les he escrito estas líneas, que si sé cómo terminar:

Ustedes tres fueron hermanos llenos de talentos: Conversador y exageradamente puntual, Antonio.

Lleno de ingenio y estudioso profundo, Arturo. Apartado y en silencio, Alfredo. Los saludo, respeto y gracias por sus enseñanzas y todo lo que compartimos en cercanía o lejanía.



Saludos.
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Escuela del Razonamiento 19 sept 2023