Claro
que recibí el regalo de mi Niño-Dios.
Al
amanecer, al pie del árbol de navidad, encontré mi trompo y mis canicas. Venían con un mensaje que
quiero compartir.
Querido amigo mío:
Aquí te dejo lo que me pediste: un trompo y
canicas.
Las canicas te ayudarán a fortalecer
destrezas y puntería para que logres con atingencia tus sueños. El trompo, para
que cada vez que juegues con él veas la cantidad de vueltas que puede dar la
vida; tendrás muchas oportunidades para levantarte si es que pierdes tu ánimo.
El trompo siempre estará en tus manos, cuida de poner bien la cuerda y atarla.
Juega con pasión y alegría. A veces ganarás, a veces perderás. Ese es el juego
de la vida, tu hermosa vida que, dicho sea de paso, es tu gran regalo que
recibiste hace 10 años.
Por siempre estoy contigo, más cerca de lo
que imaginas.
El Niño-Dios.
Nota: las
otras diez cosas que me pediste ya se ordenaron y las irás viendo a través de
tu vida.
Hasta pronto.
"Los regalos son para agradecerlos una vez y disfrutarlos toda la vida."