Señor: haz de mí un instrumento de tu paz.
Donde haya odio siembre yo amor.
Donde haya ofensa, perdón.
Donde haya discordia, unión.
Donde haya duda, fe.
Donde haya error, verdad.
Donde haya desesperación, esperanza.
Donde haya tristeza, alegría.
Donde haya sombras, luz...
Oh divino maestro:
haz que no busque yo
ser consolado, sino consolar;
ser comprendido, sino comprender;
ser amado, sino amar.
Porque dando es como recibimos,
perdonando es como tú nos perdonas,
y muriendo en ti es como nacemos a la vida eterna.
Hasta la próxima.