Alcemos los brazos porque hemos triunfado.
Hemos logrado vencer miedos, rencores e incredulidad para ir en busca de una transformación humana.
Tenemos tanto que hacer, tanto que mejorar y tantas cosas que cambiar que no debemos perder tiempo en lamentos y calificaciones inadecuadas ante las conductas y resultados de otras personas.
Seamos quienes demos el ejemplo de una incesante búsqueda por crear un mundo mejor.
Hasta la próxima.