14/4/18

Soñar despierto o despertar soñando.

Qué gran avenida, la de La Reforma, en la Ciudad de México!
Por esos rumbos tuve los mejores momentos de ensoñación. Allá nacieron mis sueños, nacieron contemplando árboles, sintiendo vientos, respirando aromas de pasto recién cortado. Allá, en los años 60s, qué años, qué vida, qué sueños. En esos lugares aprendí a soñar despierto y a despertar soñando.

Tuve sueños de futuros impensados.
Sueños de cosas pasadas y por pasar,
Sueños de estudios y de ocios.
Sueños de fríos y calores.
Sueños de disfrutar mi compañia y mi unicidad.
Sueños de vivir, sueños de todos colores, pero, TODOS, sin un final.

Eso les hizo falta a mis sueños y ensoñaciones: que tuvieran un final. Como nunca los empecé, esos sueños se desvanecieron.
Como nunca le puse metas, ni fechas, ni programas, esos sueños solamente desaparecieron.
Mis, sueños, aquellos sueños fueron simplemente deseos sonrientes, deseos de nada.

Ahora, en la gran avenida, La de mi Vida, la de mis dias y noches sé cómo convertir en realidad lo que apendí a soñar despierto y despertar soñando.

Hasta pronto.

Escuela del Razonamiento 19 sept 2023