Para mí, los aromas del alma son los siguientes:
La bondad,
dulzura, sonrisa, devoción y amor que se manifiesta en un trato respetuoso, amable y alegre. Su
aroma es extraordinario.
Existen
personas no-mundanas cuyo aroma es muy especial, provocado por su piedad,
compasión y ternura. También inspiradas por causas nobles, sanas intenciones e incondicionales
acciones.
Por
otra parte, la calidez del trato huele a jazmín, la sonrisa de un bebé huele a
madreselva y el cuerpo protector de una madre para su indefenso bebé huele a
siempreviva.
Y su
alma ¿a qué huele?
Hasta
pronto.
“El
aroma es un exquisito espíritu que aspiramos cada día en segundas y terceras
personas.”