Muchas veces he escuchado esa frase: "Eso no me conviene", o "no me interesa, no me ayuda a mis logros." Todos tenemos derecho a decir lo que sea. Sin embargo, existen ocasiones en que esa frase "eso no me conviene" puede afectar el futuro de otras personas. Aunque no todos pensamos en los demás.
Pensar en los demás, exige de nosotros estar atentos para que nuestra acciones y sus resultados beneficie a los demás antes que a uno mismo. Hacer algo para el bien común es un deber de todos lo que habitamos este planeta. Desafortunadamente, se ha perdido esa práctica de hacer algo por los demás.
En mis primeros años de vida se nos enseñaba a "compartir lo que teníamos, no a dar lo que nos sobraba".
Hoy comentaba con una cliente precisamente la frase "no me conviene". Lo comentamos y le hice ver que si ella no tomaba esa acción se perdería la oportunidad de demostrar sus capacidades, destrezas y habilidades. Ella se dio cuenta de que tiene toda la capacidad pero estaba pensando en su interés propio. Se dio cuenta de que cuando solamente vemos nuestro interés, nos limitamos en las oportunidades que se nos presentan.
Pensemos un poco en qué podemos ofrecer de más, especialmente, pensando en los que menos saben, menos pueden y sí desean.
Saludos.
