Si vamos por el camino
de la transformación personal, no empecemos un proyecto o tarea que no vamos a
terminar.
No es justo dejar proyectos a la mitad del camino; no es justo para
el proyecto, ni para la soluciones que estaba destinado brindar, ni para la persona que
lo ha iniciado. No caben las excusas, ni
justificaciones.
Empezar algo y no terminarlo nos demuestra la incapacidad de
perseverar o la incapacidad de elegir ejecutar algo.
El camino de la transformación tiene un inicio y un final; ese final termina con la eternidad.
Y usted, ¿ha abandonado
algún proyecto a la mitad del camino?
Hasta pronto.
“El amor es para vivir,
los proyectos para terminar.”
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