Había escuchado que
estos adverbios de tiempo no pertenecen al Hombre. Sin embargo, quiero decir
que sí se adapta a la actitud del ser en pleno desarrollo.
Nunca se da por vencido,
nunca claudica en sus metas, nunca se detiene con el propósito en mente para
desarrollar su espíritu a través de las virtudes, habilidades, cualidades y
comportamientos.
Siempre, día a día, hora a hora y minuto a minuto trata
de continuar con el propósito. Siempre atento,
siempre alegre, siempre con la mirada de frente, los pies en la tierra, el
espíritu en el cielo y el alma en la eternidad.
Siempre es hoy.
Sigamos
por la ruta de nuestra transformación.
Hasta pronto.
“El amor es para vivir; nunca para maldecir y siempre para bendecir.”
1 comentario:
me encanto es muy cierto lo que comenta, gracias por siempre estar aterrizandome.
Saludos
Nora Sanchez
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