Son lapsos de tiempo en
los que estamos inmersos recreando nuestra vida. De día para trabajar, de noche
para descansar. El trabajo no provoca cansancio, usa nuestras energías y las
gasta pero no a tal grado de sentir cansancio. De noche, descansamos. Nuestro espíritu
está en remanso, recargando energías en la oscuridad de la habitación.
La oscuridad no da la
posibilidad de descansar más profundamente. Gracias a esa oscuridad nuestro
pensamientos e ideas podrán brillar al día siguiente. También, de día para vivir,
de noche dormir para mejor vivir.
Y usted, ¿trabaja de día
o de noche?
Hasta pronto.
“El amor es para vivir,
el día para trabajar, la noche para descansar.”
No hay comentarios.:
Publicar un comentario