Las primeras veces que el ser humano se
cae es cuando está aprendiendo a caminar; después cuando está aprendiendo a
correr, o a andar en patines, bicicleta, etc. No me voy a referir a caídas de
aprendizaje de deportes, me voy a referir a las caídas de entusiasmo, de
ilusiones y de ambiciones internas.
Nos caemos porque hemos perdido en entusiasmo.
Cuando una persona está llena de ese espíritu es muy difícil que abandone su
proyecto.
Nos caemos cuando perdemos las ilusiones
de una mejor vida. Esto se debe a que, en ocasiones, dejamos en terceras
personas nuestra libertad de elegir, ejecutar y lograr. Quiero decir que
condicionamos nuestros sueños e ilusiones.
Es necesario, vital y crítico que
definamos muy bien lo que se desea lograr, lo que se debe hacer, las
condiciones que debemos superar y las reglas a las que nos apegaremos. Creo que nuestras caídas obedecen mucho a
la negligencia en la previsión-prevención para evitar que suceda algo que nos
afecte. Cuando nos caemos lo único que se debe hacer es levantarse.
Y usted, ¿se ha caído alguna vez?. Si es
así ¿todavía está caído o ya se levantó?
Hasta pronto.
“El amor es para vivir, las caídas para
levantarse”
No hay comentarios.:
Publicar un comentario