10/3/12

Creo en mis sueños, ilusiones y ambiciones.

Carlos es un joven ejemplar que
cree en sus sueños, ilusiones
y ambiciones.

Los sueños empiezan en la infancia, continuan en la adolescencia y nos acompañan durante toda la vida. Sin embargo, creer en ellos es algo que va perdiendo valor a medida que pasan los años…a no ser que nos eduquemos bien con el concepto de “vivir los sueños, diseñar un plan de acción e ir por ellos”.

Las ilusiones encierrar esperanzas de alcanzar algo. Para esto, entran en juego muchos elementos que, a veces, no dependen de nosotros; eso hace que nos olvidemos de las ilusiones. Y esto pierde valor.

La ambición provee la motivación y determinación necesaria para lograr objetivos y metas en la vida. En ocasiones, se suele confundir la ambición con la avaricia. Una persona avariciosa podría dañarse a si misma o a los demás para conseguir lo que desea. 

La ambición genuina, en contraste, tiene que ver con el deseo de ser mejor. Las ambiciones son fuerzas internas que pueden empezar con aspectos meramente materiales. Pero cuando ambicionamos ser seres muy preparados, se puede alcanzar esa ambición. La ambición habla muy bien del hombre que tiene delante de sí una gran imagen de lo que debe alcanzar.

Hasta pronto.
“El amor es para vivir, el dolor para crecer.”

Escuela del Razonamiento 19 sept 2023