23/2/12

“El amor ni tiene color, ni aroma…y es totalmente insípido!”

Esa es un comentario que me hizo una persona, precisamente esta mañana.
Bien, ella tiene todo el derecho de expresar su concepto y su sensación.

Regresé a mi oficina reflexionando el fondo de esta aseveración.
Mi conclusión es que ella tiene razón. Es su razón, es la descripción y definición que tiene del amor.
Claro que el amor no tiene color, ni aroma si no se tiene ni un sueño, ni objetivo en la vida, ni un ser a quien amar. Y es totalmente insípido si no se tiene autoestima genuina.
El sabor del amor empieza con disfrutar del respeto por uno mismo; aceptarse tal y como uno es física, emocional, intelectual y espiritualmente. Este es el punto de partida para el desarrollo y transformación del ser humano.



El amor no tiene color para quien no sabe mirar con los ojos del alma; no tiene aroma para quien tiene cerrado o no sabe cómo usar el más perfecto de todos lo sentidos: el olfato.
El amor será totalmente insípido para quien no disfruta ni siquiera el “sabor” de un dulce beso.

Hasta pronto.

“El amor es para vivir, el dolor para crecer.”

Escuela del Razonamiento 19 sept 2023