29/1/12

Me duele que te duela!


Ayer me enteré que sufre tu cuerpo, pero -afortunadamente- no tu alma.
Me enteré, también, que la ciencia diagnosticó tu dolor, pero tu fé te brinda el alivio.

Eres más fuerte que la fuerza que posee el viento de los campos; descubrí, que eres más grande que la grandeza del firmamento y más alegre que la alegría que todos los ángeles del paraíso gozan.

Bendita tú, bendita quien te llame mamá y dichoso quien por esposa te tiene.

Hasta pronto.

“El amor es para vivir, el dolor para crecer.”



Escuela del Razonamiento 19 sept 2023