Los sueños son la semilla de algo que se
realizará en el futuro. Las acciones son
el vehiculo para que esos sueños se conviertan en realidad.
Soñar es mantenerse jovial y con esperanza de
lograr algo diferente. Actuar es mantenerse en el ejercicio diario, y con la
certeza de ese logro.
Dejar de soñar es empezar a envejecer, es negar
la capacidad creativa, es negar la posibilidad de un mejor mañana, en negar una
gran capacidad del ser humano. Dejar de actuar es cerrar la puerta de las posibilidades,
es negar un mañana, es no demostrar la capacidad del ser humano y es desfallecer.
Los sueños alimentan nuestro entusiasmo y nuestra
alegría. Las acciones fortalecen nuestro vigor.
Los sueños fortalecen el espíritu de combate ante
las adversidades a las que nos enfrentaremos para hacer realidad nuestros
sueños. Las acciones nos mantienen vivos.
Los sueños tienen enemigos, los sueños tienen
adversarios, los sueños tienen la posibilidad de desaparecer si no los sabemos
defender. Las acciones tienen un solo amigo: Yo mismo.
Los grandes enemigos de los sueños tienen
nombre y apellido:
El principal enemigo interno es uno mismo gestado
en el temor interno.
Los enemigos externos posiblemente, no los
identifiquemos, pero te comento que hay ladrones, bloqueadores y exterminadores
de sueños. Cuidado!
Si dejamos de soñar empezaremos a envejecer. Si
dejamos de actuar empezaremos a desfallecer.
No olvides: Los sueños nos alimentan, las
acciones nos fortalecen.
Hasta pronto.