Hoy tuve la
conversación más profunda, más clara y de más paz que ni siquiera había imaginado
que pudiera darse esa experiencia.
Hoy conversamos
Daniel Flores y Agente del Cambio, el inspirador y el aclarador respectivamente.
De nuestra
conversación nacen estas Bienaventuranzas no escritas.
1.
Bienaventurado(a)
el (la) que se equivoca, porque en la equivocación está la semilla del camino
correcto.
2.
Bienaventurado(a)
el (la) que hiere, porque en su herir mora la sabiduría del pedir perdón.
3.
Bienaventurado(a)
el (la) que se tambalea, porque encontrará la fuerza para seguir avanzando.
4.
Bienaventurado(a)
el (la) que sabe pedir disculpa, porque encontrará el camino de la sabiduría.
5.
Bienaventurado(a)
el (la) que suda en sus proyectos, porque su sudor es el mejor fertilizante que
dará buenos frutos.
6.
Bienaventurado(a)
el (la) que se enfrenta a su vida, porque experimentará mejores vientos de vida.
7.
Bienaventurado(a)
el (la) que reconoce sus hierros, porque aprenderá el camino de una gran
verdad: la del respeto por los demás.
8.
Bienaventurado(a)
el (la) que comparte pedacitos de sus saberes, porque sembrará semillas de
mejores pensares, sentires y deberes.
9.
Bienaventurado(a)
el (la) que lea esta reflexión, porque encontrará algo de sí mismo(a) para su vida
diaria.
Gracias a Daniel Flores
y Agente del Cambio por compartir el resultado de una conversación de errores,
hierros, equivocaciones y tambaleos.
Hasta pronto.