Algunas
personas se quejan de lo que hacen en su diario vivir y se molestan de diario
caminar, del diario correr, trabajar y convivir. Pues bien, para ellas escribo
este tema.
Te recuerdo que la queja posee
un tesoro invaluable: nos dice que algo no está bien.
Si no te gusta lo que haces, sencillamente
cambia de actividad.
Si no te gusta en lugar en
donde trabajas, simplemente cambia de empresa.
Si no te gusta tu oficio o
tarea, cambialo por algo que te guste y disfrutes con pasión.
Te escuchas muy mal quejandote
de todo y de casi todos.
Te ves muy débil cuando te
quejas; pero, eres un gran ejemplo para No ser como tú.
Una persona quejumbrosa
solamente demuestra incapacidad para hacer de su vida un paraiso.
Una persona quejumbrosa no tiene capacidad para renovarse, ni
redimirse.
Una persona quejumbrosa no
tiene madurez para decidir sobre su vida.
Una persona quejumbrosa no
tiene agallas para cambiar.
Una persona quejumbrosa se
convierte en un ser llorón y caprichoso.
Por favor, no te quejes;
simplemente, cambia lo que no te guste.
Buen domingo!
Hasta
pronto.