Aunque
a veces batalle con la inspiración que no siempre está de mi lado. Pero
si cierro mis ojos, respiro profundamente, conecto el corazón con la
razón, la razón con sus visitas a este blog, y ya está!. A escribir.
Quiero
escribir que en mi vida hay cosas dulces y amargas, fáciles y
difíciles, frías y calientes, claras y oscuras, cercanas o lejanas,
alegres o tristes, olvidadas o recordadas, dormidas o
despiertas.
Empezaré por las olvidadas que hoy son recordadas. Hoy decía que recuerdo muy bien el día que por primera vez comí una hamburguesa. Fue un viernes, como a las ocho y media de la noche de un mes de junio del año 1963. Nos atendió el dueño del negocio. Recuerdo a mi viejo amigo Fernando Morales Benavides. El mejor recuerdo que el sabor de esa hamburguesa me quedó fue el de la conversación con mi amigo; él me inspiró a ser cada día mejor, a ser cada día sincero y sencillo.
El fue un ser totalmente auténtico, autónomo y convencido de su Fe.
Era un hombre con una personalidad totalmente asertiva y un espíritu de servicio fuera de lo común.
Eso no lo he olvidado y con frecuencia lo he recordado.
Empezaré por las olvidadas que hoy son recordadas. Hoy decía que recuerdo muy bien el día que por primera vez comí una hamburguesa. Fue un viernes, como a las ocho y media de la noche de un mes de junio del año 1963. Nos atendió el dueño del negocio. Recuerdo a mi viejo amigo Fernando Morales Benavides. El mejor recuerdo que el sabor de esa hamburguesa me quedó fue el de la conversación con mi amigo; él me inspiró a ser cada día mejor, a ser cada día sincero y sencillo.
El fue un ser totalmente auténtico, autónomo y convencido de su Fe.
Era un hombre con una personalidad totalmente asertiva y un espíritu de servicio fuera de lo común.
Eso no lo he olvidado y con frecuencia lo he recordado.
Hay cosas en mi vida de dulces recuerdos y pocas de amargos olvidos.
Hasta pronto.