19/4/15

Un grito que recuerdo con alegría: Paleeetaaasss!

¿Que sucedió hace meses?  (Debo aclarar que es muy probable que  no encuentre las palabras para describir una escena que me hizo sentir un ejemplo de vida excepcional. )

Lo comparto: "Me levanté de mi silla de trabajo para tomar un receso. Me asomé a la calle de enfrente y primero vi, y después contemplé, a un hombre sentado en la parte alta de una banqueta,  recargado en la pared de una barda justo en la esquina de mi calle de enfrente. El señor cabisbajo, sus brazos caidos, apoyados sobre sus rodillas, cubierta su cabeza con su sombrero de paja, descansando un rato del largo camino ya andado. A su lado, esperando en silencio, un carrito de paletas".

Pensé... y me dije "quisiera estar sentado en su lugar soñando su sueño; por otra parte, él confiando que nadie su carrito de paletas se llevara ni cliente alguno le comprara. 
Me enseñó que yo también llevo toda una vida empujando "mi carrito de paletas". Sin embargo, yo nada puedo vender, ni un sabor gritar, ni una campanilla sonar.

Ese hombre cuyo nombre desconozco me ha dado un gran ejemplo: "descansar un poco antes de seguir por el camino". El final ya lo sabemos. Después de un rato (12 minutos) ese hombre, ya su campanilla sonó, ya su carrito de paletas a empujar empezó. Solo escucho su lejano grito..."paleeeetaasss".

Nada me vendió, pero qué gran ejemplo me dejó!

Hasta pronto.

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Escuela del Razonamiento 19 sept 2023