El es un joven de escasos doce años, está
enfrentado los cambios propios de su edad y su género. Su mamá me dijo que a
veces no sabe cómo orientarlo.
Jesús Ramiro tampoco intento orientarte
por este medio. Solo te envío estas letras para saludarte y espero que te ayuden a reflexionar. Recuerdo que hace muchos
ayeres yo cumplí doce años también.
Solo quiero compartirte las cosas que me
ayudaron a seguir creciendo en mi ser interior.
Recuerdo que alguien me dijo: “necesitas
tres cosas: una meta que lograr, un deporte que practicar y una oración que
pronunciar…(antes nos enseñaban a orar desde temprana edad).
Alcanzo a recordar que, con mis ojos
abiertos, en mi mente pasaban imágenes a las que, posteriormente, aprendí que
se llamaban “sueños para cuando creciera”. Pues bien, esos sueños no se los
dije a nadie; ahora que ya he repetido seis veces mis primeros doce años es
cuando les comento lo que soñaba de niño. Debo decirte que sí alcancé mis sueños.
Quiero decirte Jesús Ramiro que, a tu
edad, el crecimiento duele, desespera y, a veces, asusta. Cuando crezcas ese crecimiento seguirá doliendo pero no te va a desesperar porque ya les pondrás
fechas a tus sueños, que ya los convertirás en objetivos y los objetivos en
metas. Esas metas las alcanzas con acciones contundentes y la frente bien en
alto. Por supuesto, que existen muchas personas a tu alrededor que te podrán
guiar.
Cuentas con el amor de tu mamá, de tus
hermanos y el de los seres que te rodean. Ellos no tendrán todas las respuestas
a tus preguntas, pero lo que si tienen es amor por ti y ocupación de que no te
falte nada para salir adelante. Ese amor, muchas veces basta para que tu encuentres esas respuestas. Ella a veces solo te responde con lágrimas en su alma porque no sabe ni sabrá lo que es ser joven de 12 años.
Animo Jesús Ramiro, y bienvenido a tu
nuevo mundo, al de los jóvenes que deben crear un nuevo mundo porque desde su
primera juventud tiene ideales que conquistar.
Felicidades buen joven.
Hasta pronto.