Cuando nos brota el
llanto es porque en nuestro ser se
presenta un dolor; un profundo dolor que nos desgarra el alma. De pronto,
queremos que todos se acabe, queremos desaparecer, correr, saltar y no sé
cuantas cosas más. No deseamos experimentar ese momento.
Pues bien, creo que este ejemplo es muy ilustrativo para
decirte que sé de qué se trata este momento. Los resultados de estos llantos
profundos son paz y recuperación para
continuar, son para respirar nuevas esperanzas y llenarnos de nueva energía: En resumen, nos dan otras fuerzas extraordinariamente grandiosas.
Esos inmensos e intensos llantos son la prueba inequívoca de que nuestra alma está creciendo de otra
manera; que se está gestando una nueva fuerza para continuar el viaje por esta
hermosa, colorida y alegre vida.
El llanto pertenece solo a
las personas que son genuinamente buenas, de corazón honesto y de sanas
intenciones en el alma. Por otra parte, una lágrima es una tímida sonrisa del
alma.
Y Usted, ¿llora o
simplemente derrama una lágrima?
Hasta pronto.
“El amor es para vivir,
el llanto para fortalecer.”
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