…para sortear todos los
obstáculos, ganar todas las batallas, no sucumbir ante las adversidades y
tribulaciones a las que nuestro espíritu se puede enfrentar.
Nuestro espíritu es un
guerrero que habita en las profundidades de nuestro ser. Es muy fácil hacer
contacto con él. Solamente, definamos nuestros objetivos y vayamos por ellos.
La energía que nos conduce es el entusiasmo por el logro y los beneficios que
traerán consigo.
El espíritu de lucha
invencible nos acompaña porque en el camino nos encontraremos con muchos
enemigos y especialmente con uno muy conocido que se llama: Desaliento.
No
cedamos ante la incomodidad, no nos dejemos arrastrar por la mediocridad, ni
cejemos en nuestro propósito.
El espíritu que poseemos
es invencible; creo que debemos aprovechar este regalo.
Y usted, ¿se ha dado
cuenta de su espíritu invencible?
Hasta pronto.
“El amor es para vivir,
el espíritu para luchar y ganar”.
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