Si reflexionamos un poco
sobre lo que nos da nuestra Madre Tierra nos daremos cuenta de que ella es el
gran ejemplo de la generosidad. Cuando sembramos un grano de maíz, cuidamos su
crecimiento alimentándolo, quitándole hierbas que pudieran afectar su
desarrollo es casi seguro que la planta crecerá muy fuerte y nos recompense
cuando menos con dos mazorcas. Cada una de ellas nos brindará cuando menos
ochocientos granos. Ella, nuestra tierra nos recompensa y brinda con el mil
seiscientos porciento de lo que sembremos y trabajemos.
Pues bien, los resultados derivados de
nuestras acciones decididas y decisivas son y serán siempre para compartirlos de
una u otra manera. Bien sea vía familia, vía colaboradores, vía impuestos, vía
inversiones, etc.
Los resultados son la razón de ser de
cualquier sueño, proyecto, decisión o acción tomada.Vamos a
compartirlos grata, alegre y generosamente.
Y usted, ¿comparte sus
resultados?
Hasta pronto.
“El amor es para vivir, los resultados
para compartir.”
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