Todas las cosas agradables tienen su lado
incómodo, desagradable, doloroso o como le quiera usted llamar. Todas las cosas
bellas tienen un precio, y éste no es necesariamente en dinero.
También sucede en las relaciones
interpersonales: las personas que te parecen agradables estarán acompañadas de
un …pero! (o posiblemente varios). Parecería que no existe algo totalmente
perfecto ni en cosas, ni personas, ni en días, ni noches. Y creo que así es.
Y tiene uno que acostumbrarse a recordar
que “no hay rosa sin aroma, ni rosal sin espinas.”
Y usted ¿regala rosas o regala espinas?
Hasta pronto.
“El amor es para vivir, la rosa para sonreir.”
No hay comentarios.:
Publicar un comentario