Soñar es bueno, actuar es mejor. Si no convertimos en realidad lo que soñamos de nada
sirve soñar.
Si
soñamos con un mundo mejor empecemos con el nuestro. Empecemos con alimentar
nuestro cuerpo y mente de la mejor manera.
Si
soñamos con un mundo distinto empecemos a rescatar los hábitos olvidados. Por
ejemplo, saludar, sonreir, agradecer. Tratar amablemente a los ancianos, las
mujeres y los niños.
Si soñamos con un mundo en donde mora el respeto, entonces cumplamos cabalmente con nuestros deberes y palabra dada. No critiquemos a los demás, eso es de mal gusto. No juzguemos las acciones de otros, eso compete a los jueces.
Si soñamos con un mundo agradable, entonces seamos discretos, compasivos, tolerantes y pacientes.
Si
soñamos con un mundo diferente, hagamos nosotros la diferencia.
Todo se puede o al menos vamos a intentarlo el día de hoy.
Hasta
pronto.
“El
amor es para vivir, el dolor para crecer”