Una acción ejecutada sin ser cuidadosamente observada en sus avances no tiene valor alguno; simplemente, es una acción sin ninguna intención. Sin embargo, hacer algo para lograr un fin determinado nos ubica en una mejor posición.
Recomendamos observar cuidadosamente los avances de una acción previamente fijada y ligada a metas específicas. Un ejemplo es siempre diseñar un tablero de mando que nos lleve de la mano observando cuidadosamente sus avances.
Hasta pronto.