30/6/19

¿Qué nos pasó? O ¿qué nos está pasando?


No voy a comparar a las personas de ayer con las de hoy. Simplemente, voy a escribir lo que estoy observando, en términos generales; por supuesto, hay excepciones…y parece que la excepción es la que nos indica cómo podríamos mejorar.

Iniciemos con algunos lugares de mi patria:
Hace 50 años:
Había ríos, cascadas, lagos, lagunas y arroyos de agua clara y limpia; en ellos no tirábamos basura (sería porque no teníamos nada que tirar).
Había gente que respetaba a los ancianos, mujeres y niños.
Normalmente, las personas eran responsables de sus deberes; los padres dedicados a su trabajo para llevar el sustento; las madres, dedicadas a los quehaceres de su hogar, al cuidado y formación de sus hijos.
Los maestros dedicados a la enseñanza de los alumnos, no solo para “aprobar el año” sino para hacer una vida mejor.
Los trabajadores del gobierno, dedicados a atender a los ciudadanos.

El lenguaje que usábamos los adultos era normal. Las malas palabras las decíamos entre los hombres o en las cantinas; nunca delante de una mujer o de niños.
La discreción era una virtud que se practicaba; era prohibido hablar de los demás; no se emitían juicios de valor sobre el comportamiento de alguna persona.
Se llegaba al trabajo a tiempo y se retiraba a tiempo, a menos que hubiera tiempo extra y un pago de por medio.
Los jóvenes tenían que salir de sus ciudades para estudiar una carrera.

En fin…puedo seguir describiendo muchas cosas que quedaron allá, en su momento.
Esta reflexión surge a raíz de un comentario de una colega mía, una persona y profesional dedicada al desarrollo de comportamientos y conductas de los seres humanos.
Entre lo que comentamos fue precisamente sobre ¿qué nos pasó? ¿en dónde nos desviamos?, ¿Quién o quiénes cambiaron o rompieron las reglas?


Hay un concepto conocido por todos: “Corrupción”, que es la descomposición de un ser vivo.
Sin embargo, también afecta, debilita y acaba con los valores, comportamientos y relaciones, porque la Corrupción busca un solo fin: el bien-poseer o bien-tener algo para sí mismo, sin tener que pagar por ello. Por supuesto, que esto no es ni bien-estar, ni bien-lograr, mucho menos, bien-ser.
Cuando se habla de corrupción desde el punto de vista semántico, se nos dice que “lo que tenía vida, ya no la tiene”, “lo que existía, ya no es”

Que todo se ha convertido en NADA...y posiblemente, en recuerdo u olvido.
Así que la respuesta a mis preguntas del titulo de esta reflexión ya la tengo: NADA.

Nada ha pasado, nada ha sucedido, nada estamos haciendo…simplemente porque el sistema de valores se está muriendo y convirtiendo en NADA.

Estimado lector ¿Ya sabe usted qué hacer para crear algo nuevo?

Hasta pronto.

28/6/19

Algo divertido sobre recuerdos y olvidos…



He olvidado recordarte.
Aunque el olvido recordado no cuenta, el darme cuenta que recordarte ha sido mi olvido, prefiero mil veces haber recordado el olvido, porque simplemente ese olvido ya no cuenta; por lo tanto, hay recuerdo.

He recordado olvidarte.
Aunque el recuerdo olvidado no cuenta; el darme cuenta que recordarte ha sido mi olvido, prefiero mil veces no haber recordado ese olvido, porque simplemente ese recuerdo ya no existe; por lo tanto, hay olvido.

Esto lo escribo para olvidar lo olvidado o recordar lo recordado.

Dedico este juego de palabras al deber de olvidar las fallas y recordar los aciertos de la vida.
Y, usted ¿olvida o recuerda?
Hasta pronto.
Nota: Este tema es para ejercitar el razonamiento de cada lector y, por supuesto, el mio.

27/6/19

Hola, a Ti, por tu presencia y lectura:



Gracias por estar aquí, gracias por darme tu tiempo y posar tus ojos, usar pensamiento y concentración en las letras, que más que letras son palabras que te hacen evocar lo que ellas significan para ti.



Tengo ya trece años escribiendo en mi blog y tres o cuatro en FB. ¿Qué me impulsa a hacerlo? Pues por la simple idea de compartir lo que observo, lo que escucho y lo que discurro poniendo de mi parte las palabras adecuadas para describir eventos, sucesos, ideas o comportamientos de las personas.



El don de la observación vive en mi, el don de la deducción lo he desarrollado; el hábito  de la redacción lo he aprendido a través de la lectura. Por supuesto, que también soy lector de lo que escribo. Leo estas reflexiones dos o tres días después de la fecha de publicación.



Creo en el lenguaje escrito, creo en el  lenguaje verbal y en el no-verbal. Creo en la lectura, creo en el arte de escuchar (un arte difícil de desarrollar); como hábito tampoco es fácil de adquirir.



Les saludo y escribo a ustedes para decirles que aprecio su presencia, sus comentarios y el cambio que pudieran experimentar por los temas que comparto.



Les digo que me asombra, me encanta y me gusta que me lean, aunque no me vean.



Hasta pronto.

25/6/19

Recuerdos recordados u olvidos olvidados...

Es posible que no recordemos cosas de nuestra niñez, nuestra juventud o nuestros días pasados.
Esos recuerdos son formas de encuentros internos; o esos olvidos son formas de desencuentros de libertad.

La niñez de muchos estuvo llena de inocencia, sueños, juegos, árboles y amigos. Esa, nuestra vida infantil, no tenía mañana, ni tenía ayeres,  solamente presentes, sonrisas y alegrías.
A medida que crecimos desaprendimos esos valores que constituyeron nuestro ser genuino; dejamos de soñar, dejamos de jugar, los amigos nos separamos, y solo los recuerdos permanecen en nuestra memoria: recuerdos que pocas veces son recordados y mil veces olvidados.

Si rescato los valores de mi pasado los refuerzo, los avivo y los vivo y volveré a vivir con los verdaderos sueños para lograr grandes cosas en mi futuro añorado, si no,  solo serán recuerdos olvidados.

Con frecuencia me repito: "recuerda los recuerdos olvidados, y olvida los olvidos olvidados; los primeros me darán alegrías, los segundos libertades."

Hasta pronto.

Escuela del Razonamiento 19 sept 2023